Honrar a los muertos
Honrar a los muertos
Me han reclamado qué afán el mío
el de escribir de muertos,
que los deje en paz
pero insisto en hablar de ellos, nombrarlos,
para que se desprendan de donde los tienen atrapados.
Busco liberarlos de la cadena perpetua,
dejarlos que vaguen por las plazas,
desnudos,
para no ser reconocidos.
Desempolva sus fotos,
hazles un altar,
pinta sus nombres en las bardas
que el tiempo no los vaya a olvidar.
Ya es noviembre
mano de león,
cempasúchil,
dulces, cañas, aguardiente.
Los muertos se sientan en las tumbas
a esperar a sus parientes,
velas, flores
y las disculpas de los ausentes.
Después de la segunda noche
los muertos,
felices,
se van a la sierra a tragar peyote,
a bailar con la luna
toda la noche.
Noviembre 1996
Luis Villa.